Según cuenta la historia, allá por el año 1955, cuando los dueños del bar Ludeña lo abrieron junto a la iglesia de la Magdalena, solían juntarse hombres mayores y mujeres jóvenes en el mismo lugar. A los hombres, seguramente por su edad avanzada, se les llamaba “Carcas”, y a las jovencitas “Musas”. Las dos generaciones tenían un gusto común por unas tapas muy especiales, de ahí, que dichas tapas recibieran el nombre de CarcaMusas.