Orejas de Carnaval de La Coruña

Las Orejas de Carnaval de La Coruña son un dulce de lo más tradicional en dicha provincia. Si bien es verdad que dichos dulces existen en muchas partes de España, también es verdad que en cada lugar tienen su distinta forma de prepararlas.
En el caso del dulce coruñés, se dice que tienen relación directa con las orejas del cerdo, llamadas así por su semejanza con el plato del animal para combatir la ausencia de carne durante la cuaresma. Hay quien apunta que realmente se llaman orejas por el simple parecido que tienen con las orejas humanas. En fin, sea como sea, la cuestión es que se trata de un dulce de lo más delicioso.

Ingredientes

Para la masa

100 ml de moscatel.

100 gr de manteca de vaca derretida fría (puede ser mantequilla).

Una pizca de sal.

2 huevos.

550 gr de harina de repostería.

La ralladura de 1 limón.

10 ml de zumo de limón.

30 ml de aceite de girasol.

8 ml de aroma concentrado de anís.

Para la fritura

Aceite de girasol suave para freír.

Para el acabado

Azúcar para espolvorear.

Preparación

Batiremos los huevos.

Añadiremos el moscatel, el anis, el aceite de girasol, la mantequilla, la sal, la ralladura y el zumo de limón y mezclaremos bien.

Añadiremos toda la harina junta y mezclaremos ligeramente con una cuchara de madera.

Una vez consigamos una masa más o menos compacta, continuaremos amasando con suavidad durante unos 5 minutos.

Volcaremos en la encimera, formaremos una bola y espolvorearemos harina.

Envolveremos la masa en film transparente y refrigeraremos un mínimo de 30 minutos.

Una vez pasados los 30 minutos, sacaremos de la nevera e remos cogiendo pequeñas porciones de unos 40 gr apróximadamente y los iremos estirando lo más finitas posible.

Estiraremos todas las orejas antes de empezar a freirlas.

Pondremos a calentar a fuego medio-alto una sartén grande con abundante aceite.

Una vez que el aceite esté caliente, comenzaremos a freír, con mucho cuidado, dándoles la vuelta rápidamente a cada oreja para evitar que se tuesten demasiado.

Cuando las saquemos de la sartén, saldrán blandas, así que deberemos tener cuidado al manipularlas o se romperán.

Las pasaremos con cuidado a un papel absorbente, las daremos la vuelta para que se absorba el aceite del otro lado y las iremos pasando a una fuente.

Espolvoreamos con azúcar y listas.